
Después de un largo caminar por laberinto de emociones mis palabras vuelven a brotar como un manantial lleno de vida.
Tal vez mi estado sea una inestabilidad como el caminar en aquella arena, donde la brisa del mar se puede escuchar y a travesar cada poro del tu cuerpo.
Como la arena que cambia dependiendo el humor del día puede estar fría como un tempano de aquel corazón que vio apagarse el último aliento que lo mantenía con la esperanza de recobrar esas fuerzas para poder levantarse.
Aquella arena ardiente con ganas de vivir que quema hasta los huesos, aquella con una mirada matadora desafiante, no cualquiera se atreve a cruzarla valientemente, solo la persona que lo tiene claro, que lucha por lo que quiere.
O la arena pasiva esa arena hermosa tranquila, que al contacto con tus sentidos te atrapa te cautiva. Incluso adormece o te hace llorar, te hace recordar todo lo bueno que tienes y lo que dejaste escapar.
Como la arena, construyendo castillos en ella, construyendo ilusiones en tierra desconocida, sintiendo todo lo bueno y todo lo malo.
Como la arena he regresado !!